En 1570, Petrus de Corvis fue aprobado y admitido en el Paratico degli Speziali de Piacenza (Gremio de los Boticarios de Piacenza). Cinco años más tarde, fue contratado por la Congregazione di Povertà para dirigir la Spezieria, que distribuía medicinas gratuitamente a los enfermos indigentes.

La Farmacia Corvi data del año 1715, cuando aparece un primer magister Antonio entre los miembros electos del «Collegio degli Speziali» (Colegio de Boticarios) de la ciudad.

Tras varios cambios de sede, el nieto del mencionado fundador compró unas casitas que eran propiedad de las Hermanas de San Raimundo en las inmediaciones de San Miguel y construyó una casa con dos locales para una farmacia y una tienda de ultramarinos.

La estructura y el mobiliario del establecimiento, que data de principios del siglo XIX, han permanecido intactos; el estilo sigue siendo neoclásico, mientras que el majestuoso mostrador de venta procede del convento de los Padres Agustinos cerrado por Napoleón.

La colección principal de tarros y jarrones de cerámica, de tipo Ginori, fue encargada por Luigi Corvi (1835 - 1908). Tras la Segunda Guerra de la Independencia, en la que había participado como Cacciatore delle Alpi bajo las órdenes de Nino Bixio, quiso que estos recipientes llevaran un pergamino de bordes tricolores.

Bajo la dirección de su hijo Antonio, el laboratorio se amplió para fabricar diversas especialidades (píldoras antianémicas, Pectoralbion, pastillas de liquen, etc.) que tuvieron gran difusión en la provincia hasta que se establecieron las normas de registro.

El actual propietario, Antonio, representa la novena generación de primogénitos de la familia que desde principios del siglo XVIII toman las riendas del negocio familiar.